El típico profesor yupi recién llegado de su doctorado en Nueva York la otra vez nos comentaba que no hay peor abogado que el corredor de propiedades. Representa en su persona el más claro ejemplo de conflicto de intereses. Por un lado, representa a quien quiere vender una casa, y negocia con el futuro comprador. Pero como el comprador quiere comprar a menor precio que lo que el vendedor ofrece, y el corredor sólo quiere sacar su comisión, urge al vendedor a bajar el precio, pero a su vez al comprado a ofrecer más. A la larga lo que hace él es regatear con las dos partes. Eso se llama conflicto de intereses.
El mote es más o menos así. En el verano vamos de vacaciones yo y A(mujer) y B(hombre), quienes además de ser pololos de hace más de un año, son de mis mejores amigos de la U. A estas vacaciones va otro muy amigo mío, que no es de la U, que se llama C. Se acaban las vacaciones, y al día siguiente A y B terminan por iniciativa de A. Ese día carreteamos los amigotes con B, junto al recién sumado C. Dos días después yo y C partimos a otras vacaciones. Justo antes de partir A y C adelantan lo que será su futuro conjunto.
Cómo único conocedor de esta relación me transformo en el confidente de ambos(nadie más sabe). Pero además soy el confidente de B quien, lejos de sospechar lo que pasa, me pide ayuda para que A reconsidere la relación. Es más, B cree que A quiere volver con él.
El mote es más o menos así. En el verano vamos de vacaciones yo y A(mujer) y B(hombre), quienes además de ser pololos de hace más de un año, son de mis mejores amigos de la U. A estas vacaciones va otro muy amigo mío, que no es de la U, que se llama C. Se acaban las vacaciones, y al día siguiente A y B terminan por iniciativa de A. Ese día carreteamos los amigotes con B, junto al recién sumado C. Dos días después yo y C partimos a otras vacaciones. Justo antes de partir A y C adelantan lo que será su futuro conjunto.
Cómo único conocedor de esta relación me transformo en el confidente de ambos(nadie más sabe). Pero además soy el confidente de B quien, lejos de sospechar lo que pasa, me pide ayuda para que A reconsidere la relación. Es más, B cree que A quiere volver con él.
Además de ser confidente de la relación de A y C, y de B, lo soy también de A y C por separado, puesto que como nadie más sabe de la relación, ellos necesitan contarle sus cosas a alguien, y como soy amigo de ambos, ambos me cuentan a mí.
Sí, me siento como un estúpido corredor de propiedades. Lo peor es que no sacaré ninguna comisión jugosa de esto. Aunque creo que todavía estoy lejos del ataque de histeria de Annette Bening en American Beauty(Im gonna sell this house today), igualmente la situación es algo incómoda. Ahora entiendo porque lo pasan tan mal los corredores de propiedades.
